8.2.12

Un poema de Jorge Guillén para los días que corren:

Los intranquilos

Somos los hombres intranquilos
              En sociedad.
Ganamos, gozamos, volamos.
              ¡Qué malestar!

El mañana asoma entre nubes
              De un cielo turbio
Con alas de arcángeles-átomos
              Como un anuncio.

Estamos siempre a la merced
              De una cruzada.
Por nuestras venas corre sangre
              De catarata.

Así vivimos sin saber
              Si el aire es nuestro.
Quizá muramos en la calle,
              Quizá en el lecho.

Somos entre tanto felices.
              Seven o'clock.
Todo es bar y delicia oscura.
               ¡Televisión!

de Clamor: Maremagnum (1957).

6.2.12




Susana Armengol






Desde hace ya tiempo colaboro con la revista Léptica enviando de vez en cuando microrrelatos. Es esta una revista en la que cada edición versa sobre un tema: el pecado, el rojo, la casualidad, los pelos ... Está editada por un grupo de artistas gráficos, fotógrafos, escritores, etc entre los que está Susana Armengol que es la responsable de la sección de microrrelatos y gracias a la cual conozco la publicación, además  fue ella quien me animó a mandarles cosas cuando aún compartíamos taller literario en el Centro de Poesía José Hierro de Getafe. Desde entonces no he dejado de mandar micros y ellos no han dejado de aceptarlos, primero para la edición en internet y posteriormente para la edición en papel que de vez en cuando sacan. Ahora han sacado digitalmente un Especial sobre Microrrelatos y ahí tengo unos cuantos, enriquecidos por unas ilustraciones estupendas. Así que aquí dejo el enlace con el especial para que disfruteis con este buen puñado de micros e ilustraciones que no sé cuales son mejores.

27.11.11

Cotidiano nº 1

Albaricoques, albricias
gestos cansados
sonrisas gastadas
              en vano
              y perdidas
sin remedio ni fortuna
Perfiles casi humanos
             vencidos, vendidos,
             hundidos
             en el magma
             incandescente
             del día a día.

20.11.11

De nuevo, Orwell


En este fragmento Winston (el protagonista de 1984) lee el capítulo III titulado "La guerra es la paz", del libro de Goldstein que es donde se describe la sociedad creada por El partido y el Gran Hermano:

"Pero también resultó claro que un aumento de bienestar tan extraordinario amenazaba con la destrucción – era ya, en sí mismo, la destrucción – de una sociedad jerárquica. En un mundo en que todos trabajaran pocas horas, tuvieran bastante que comer, vivieran en casas cómodas e higiénicas, con cuarto de baño, calefacción y refrigeración y poseyera cada uno un auto o quizá un aeroplano, habría desaparecido la forma más obvia e hiriente de desigualdad. Si la riqueza llegaba a generalizarse, no serviría para distinguir a nadie. Sin duda, era posible imaginarse una sociedad en que la riqueza, en el sentido de posesiones y lujos personales, fuera equitativamente distribuida mientras que el poder siguiera en manos de una minoría, de una pequeña casta privilegiada. Pero, en la práctica, semejante sociedad no podría conservarse estable, porque si todos disfrutasen por igual del lujo y del ocio, la gran masa de seres humanos, a quienes la pobreza suele imbecilizar, aprenderían muchas cosas y empezarían a pensar por sí mismos; y si empezaran a reflexionar, se darían cuenta más pronto o más tarde que la minoría privilegiada no tenía derecho alguno a imponerse a los demás y acabaría barriéndoles. A la larga, una sociedad jerárquica sólo sería posible basándose en la pobreza y en la ignorancia. "

y en la página 252

“Constituye una táctica deliberada mantener incluso a los grupos favorecidos al borde de la escasez, porque un estado general de escasez aumenta la importancia de los pequeños privilegios y hace que la distinción entre un grupo y otro resulte más evidente.”

“Y, al mismo tiempo, la idea de que se está en guerra, y por tanto en peligro, hace que la entrega de todo el poder a una reducida casta parezca la condición natural e inevitable para sobrevivir.”

Extraido de 1984 de George Orwell (Traducción de Rafael Vazquez Zamora. Ediciones Destino, Austral 2010)

Vivimos una guerra, en un lado "los mercados", sus secuaces y los que aplauden sus métodos porque les perpetúa en sus privilegios, en el otro bando el estado del bienestar instalado en Europa. Evidentemente España, según ha votado hoy, no ve esto o no le importa, bien, seguimos avanzando hacia la perdida de derechos, seguimos avanzando hacia trabajar más para enriquecer a unos pocos, seguimos avanzando en tener que luchar por unas pocas migajas para sentirnos privilegiados sobre el que no tiene ni eso. El plan lo expuso hace 60 años Orwell, pero lo hizo para  avisarnos, pero se ve que otros se lo han apropiado para aplicarlo, les debe haber parecido bueno.

3.10.11

Tarde en Gran Vía

La luz inconexa me deslumbra sobre la montaña descubierta caen a borbotones las hojas secas trufadas de amarillo y deshechas vencidas por las manos de agosto, de aquellos que han venido a ver la muerte. El sonido del tráfico envuelve las flores azules que se marchitan ahogadas entre los balcones fríos y altos de la ciudad ruda, vendida como sus habitantes, estrafalarios, payasos sin circo acercando sus narizotas a ventanas opacas que muestran más allá las vidas rotas de maniquíes obscenos hasta ayer vivos descuartizados y ensamblados por piezas a menudo ridículas pies pequeños cabezas grandes sin ojos ni orejas ni mirada absurdos vestidos con sus mejores galas para exhibirse sin pudor muertos de frío y ateridos en la nieve oscura de cientos de miradas perdidas.

26.8.11

De vuelta del estío-hastío, volvemos a auto-contarnos cuentos y a querer leérselos a los demás.

Sé todos los cuentos

Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan solo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos...
y sé todos los cuentos.

León Felipe.