4.4.10

La casa de Bernarda Alba, Federico García Lorca

En medio del drama, en medio del asfixiante calor físico y moral en el que se desarrolla la obra, corrientes de aire fresco surgen del texto para aliviar al lector/espectador:

Angustias: Muchas noches miro a Pepe con mucha fijeza y se me borra a través de los hierros, como si lo tapara una nube de polvo de las que levantan los rebaños.
Bernarda: Eso son cosas de debilidad.


********************************************


Poncia: A mí me gustaría cruzar el mar y dejar esta casa de guerra.

No hay comentarios: