28.4.11

1984. Primera entrega

1984 (Traducción de Rafael Vazquez Zamora. Ediciones Destino, Austral 2010) es una de las obras más conocidas del escritor inglés George Orwell, sobre ella se ha hablado y escrito mucho, pero ahora, más de 60 años después de su publicación tiene total y absoluta actualidad, he entresacado varios fragmentos que me han parecido especialmente reveladores, leerlos ¿a que os suenan? ¿a que no es muy difícil ponerles caras, nombres, siglas? ¿a que os parecen noticias cercanas, como de hoy o de ayer mismo?

En este primer fragmento Winston (el protagonista) lee el capítulo III titulado La guerra es la paz, del libro de Goldstein que es donde se describe la sociedad creada por El partido y el Gran Hermano:

"Pero también resultó claro que un aumento de bienestar tan extraordinario amenazaba con la destrucción – era ya, en sí mismo, la destrucción – de una sociedad jerárquica. En un mundo en que todos trabajaran pocas horas, tuvieran bastante que comer, vivieran en casas cómodas e higiénicas, con cuarto de baño, calefacción y refrigeración y poseyera cada uno un auto o quizá un aeroplano, habría desaparecido la forma más obvia e hiriente de desigualdad. Si la riqueza llegaba a generalizarse, no serviría para distinguir a nadie. Sin duda, era posible imaginarse una sociedad en que la riqueza, en el sentido de posesiones y lujos personales, fuera equitativamente distribuida mientras que el poder siguiera en manos de una minoría, de una pequeña casta privilegiada. Pero, en la práctica, semejante sociedad no podría conservarse estable, porque si todos disfrutasen por igual del lujo y del ocio, la gran masa de seres humanos, a quienes la pobreza suele imbecilizar, aprenderían muchas cosas y empezarían a pensar por sí mismos; y si empezaran a reflexionar, se darían cuenta más pronto o más tarde que la minoría privilegiada no tenía derecho alguno a imponerse a los demás y acabaría barriéndoles. A la larga, una sociedad jerárquica sólo sería posible basándose en la pobreza y en la ignorancia. "

y en la página 252

Constituye una táctica deliberada mantener incluso a los grupos favorecidos al borde de la escasez, porque un estado general de escasez aumenta la importancia de los pequeños privilegios y hace que la distinción entre un grupo y otro resulte más evidente.

Y, al mismo tiempo, la idea de que se está en guerra, y por tanto en peligro, hace que la entrega de todo el poder a una reducida casta parezca la condición natural e inevitable para sobrevivir.


continuará...

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