21.7.09
El llano en llamas, Juan Rulfo
El calor, la tierra seca y amarilla se destilan entre sus palabras. La miseria de la gente y de las vidas del México de los años de la revolución afloran de entre las páginas con frases redondas, categóricas, lapidarias.
Cada cuento es un aldabonazo, un golpe de realidad que muestra un mundo rudo y desalmado de muerte y desgracia, donde la vida es algo circunstancial que puede terminar en cualquier momento sin que el mundo se pare por ello.
Vidas difíciles y destrozadas, en algunos casos recompuestas a duras penas para poder seguir respirando y gracias.
Sirvan como ejemplo dos fragmentos:
"Sabía por ejemplo, que sus piernas redondas, duras y calientes como piedras al sol del mediodía, estaban solas hacía mucho tiempo."
Del cuento: Talpa , "El llano en llamas".
"Pero el día menos pensado y sin que nos dieramos cuenta de qué modo, se convirtió en mujer. Le brotó una mirada de semisueño que escarbaba clavándose dentro de uno como un clavo que cuesta trabajo desclavar. Y luego se le reventó la boca como si le hubieran desflorado los besos."
Del cuento: La herencia de Matilde Arcángel, "El llano en llamas"
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